El Camín Encantau (2ª parte)

Esta ruta pendía de un hilo. La lluvia no cesaba y bien creíamos que no era posible hacerla. Pero el cielo nos dio una tregua y salió el sol.

Ruta Camín Encantau


Después de un gran viaje en coche (GPS simpático que nos dirigió por caminos intransitables para llegar al punto de partida de la senda) llegamos a la localidad de Puente Nuevu a las 11 de la mañana.

Ruta Camín Encantau


Allí nos aguardaban una reunión de "Trasgos" muy simpáticos jugando en un árbol.

Trasgos II


Comenzamos a caminar por un pequeño tramo de carretera local hasta llegar a un camino de tierra/hierba. Durante todo el trayecto hay carteles informativos sobre lo que podemos observar y tradiciones locales, como por ejemplo este primero que nos hablaba sobre los ríos de la zona y el funcionamiento de un molino de agua (yo tengo la suerte de haber nacido y vivido en uno durante unos años).

Ríos


El camino de tierra se termina pronto y tenemos que cruzar una carreta local y fijarnos muy bien por donde estaba el indicador para seguir la senda porque estaba bastante escondido entre la hierba.

Señal


Aquí comienza lo que para mí fue el tramo más duro. Se trata de una gran subida con importante desnivel, en su primer tramo de tierra y piedras (y barro gracias a las lluvias de los días anteriores) y el siguiente de grijo que hacía algo dificultosa la subida.

Subida


Pero tuvo su recompensa: podemos disfrutar de una gran vista de las montañas y abajo en el valle se puede ver una antigua "Tejera", donde antiguamente enviaban a los más jóvenes a trabajar allí de sol a sol (se decía que así era una boca menos a alimentar) y llegaron a crear su propio "idioma" llamado "Xíriga" (mi abuelo materno fue tejero y conoce bien la jerga).

Tejera


Después de subir un poquito más llegamos a un pueblo pequeñito llamado "Gomezán" donde nos esperaba el "Sumiciu". Su cartel decía: "Dicen que no existo. Pero cuando desaparece algo se acuerdan de mi. Mira bien en tus bolsillos antes de seguir el camino, no acepto reclamaciones. Además no existo... ¿O sí?".

Sumiciu


Salimos del pueblo y nos adentramos en el bosque. Nuevamente un tramo de subida, pero algo menos dura que la anterior.

Subida


Hacemos una paradita de un cuarto de hora para beber y tomar algo sólido (no habíamos desayunado) y de paso gozar de la tranquilidad del monte.

Bosque


Continuamos y llegamos a un claro en el que podemos ver una panorámica del valle y sus montañas: el Salgar, Hibéu, La Boriza, Ampurias, Mofrechu, el más alto con 900 metros, La Xobal, Benzua...

Montañas II


Bajamos hacia la "Malatería", nos encontramos con "El Hombre del Sacu" con un bonito vestido de estrellas que me recordó a Paul Stanley de los KISS. Nos dice "¿Te asusté? No, claro que no. De día todos sois muy valientes. Ni al hombre del saco le teméis. Pero en estos bosques es fácil perderse, y no soy lo más temible que os vais a encontrar".

Hombre del Saco


Más abajo al lado de la capilla de la "Magdalena" leemos en los carteles de la ruta que hubo un hospital de leprosos y que existe un tejo muy importante de la comarca, al ser venenoso para los humanos era utilizado en época de romanos para envenenar a los prisioneros.


Salimos del pueblo de la "Malatería" por una carretera comarcal en bajada y al poco nos desviamos hacia la izquierda para atravesar un prado (se pueden observar unas bonitas flores rojas en las orillas, posiblemente sembradas para la senda) y adentrarnos de nuevo en el bosque.

Flores


Bosque


Nos está esperando el "Pataricu" un gigante de un sólo ojo que intenta asustarnos diciendo: "Soy el Pataricu. Puede que sólo tenga un ojo, pero te llevo vigilando desde que llegaste. Dicen que me alimento de niños pero es mentira, sólo el día de mi cumpleaños. ¿Adivinas que día es hoy?".

Pataricu I


Un poco más allá damos con el "Diañu Burlón": "Soy el Diañu Burlón y nunca podrás atraparme. Ni los romanos pudieron, y esos sí eran listos, no como tú. Puedo cambiar de forma y engañarte para que hagas lo que yo quiera. Ay, que tontos sois los humanos".

Diañu Burlón


Ahora el camino es casi todo en bajada hasta llegar al Nuberu (en el pueblo de Villanueva), una de las figuras que más me gusta del recorrido. Su cartel reza así: "Soy el Nuberu. Yo mando sobre la lluvia y los vientos. El relámpago es mi látigo y el trueno mi voz. ¿Quieres llegar seco al final de tu camino? Pues respeta la naturaleza o tendré que enfadarme". Señor Nuberu, muchas gracias por dejar el sol y hacer que no lloviera, muy buenas tus palabras.

Nuberu I


Llegamos al Campu La Prida y a la iglesia de Santa Eulalia, con arco de triunfo del siglo XIII y puerta de arco de medio punto dovelado, enmarcado por un alfiz, del siglo XV.

Camino empendrado


A la izquierda queda el cementerio, hay una casona en ruinas que bien pudo ser un palacio, Por una cuesta empedrada muy guapa, bajamos hasta la carretera que va a “Palacio”.

Casona en ruinas


Continuamos un rato por carretera y vemos el “Segador” sentado “cabruñando (afilando) su guadaña al lado de una bonita fuente). “Aquí hasta las guadañas están vivas. Y si no cuidas de ellas, ellas dejan de ayudarte”.

Segador y fuente


Caminamos un poco por la carretera general hasta el pueblo de “Ardinasa” y llegamos a un cruce con la indicación de seguir en el medio…. Al final llegamos a la conclusión de que los dos caminos iban a dar al mismo sitio. Allí encontramos al “Cuélebre” para mí la más bonita figura de la senda (será porque me encantan los dragones, serpientes y esas cosas). “Soy el Cuélebre. La serpiente alada que custodia tesoros y princesas. ¿Quieres llevarte el tesoro o a la princesa? Puedes intentarlo, pero ya me he comido a muchos valientes como tú en los últimos tres mil años”. Después de verlo estuve toda la tarde con la canción del Cuelebre pegada en mi cabeza jeje.

Cuelebre II


La ruta nos hace recorrer parte del pueblo y vuelta a la carretera hasta volver a adentrarnos al bosque. Lavando ropa está “La Lavandera” en la orilla de un riachuelo y nos dice que “Si me ves es que las malas noticias no tardarán en llegar. Hoy seré buena contigo, pero si otra vez me oyes cantar mientras lavo la ropa mejor echa a correr”. Aunque hay un banquito para sentarse a descansar preferimos seguir con el camino.

Lavandera


Descendemos ahora por el camino que une “Ardisana” y “Ricaliente”, antiguamente era la vía de comunicación de los pueblos y se subían por esa cuesta a los muertos hasta el cementerio de “Villanueva”. En este lugar hay una cruz denominada “La Cruz de los Garabiales” que data del 1761 y era el lugar donde la comitiva fúnebre se paraba a rezar y descansar.

Cruz Garabiales I


Poco más abajo damos con el simpático “Busgosu”, y su cartel dice así: “Soy el Busgosu. Amo y señor de los bosques. Soy tan viejo como el musgo y tan astuto como el zorro. Espanto a los cazadores que quieren matar a las criaturas que aquí habitan y si te pierdes te ayudaré a salir del bosque. Eso si te has portado bien con él. ¿Lo has hecho?”. Me cae bien este personaje.

Busgosu I


Al final de la bajada ya en el pueblo de “Ricaliente” está “La Manona” con un mensaje que bien podía ser para el comienzo de la ruta y no para casi el final: “Que se detengan los que no respetan la naturaleza ni sus leyes. Que continúen su camino los que aún creen en mundos ocultos y seres mágicos”.

Manona


Cruzamos el río “San Miguel” y a pocos metros nos despide de la ruta “La Castañera” diciendo: “¿Habéis disfrutado de la ruta? Os vendrían bien unas reconfortantes castañas, ¿verdad? Y a mí no ser de madera, no te digo.”

Castañera


Seguimos buscando los mini-postes de señalización pero no vemos ninguno, preguntamos a un lugareño por donde se sigue la ruta nos dice que se termina ahí. ¿Así? Ahora nos toca seguir caminando unos km hasta “Puente Nuevu” donde habíamos empezado y dejado el coche.

Río San Miguel I


Este sería el tramo que menos me gustó, por carretera general, sin arcenes y con bastante tráfico de vehículos. Se me hizo largo y algo aburrido, pero al llegar de nuevo al pueblo nos dimos cuenta que se nos había pasado por alto otra figura: el “Jugador de Bolos”, que está en la bolera recitando: “Los bolos son como la vida. Hay que tener paciencia, serenidad, decisión y al final, algo de suerte”.

Jugador de bolos


Son las 14.20 y hemos terminado una senda preciosa, fácil y divertida, tanto para niños como para más mayores. Tiempo total con parada para desayuno y sin prisas: 3 h 20 m.

Esperamos volver.

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